Como ya comenté en un post, mi madre se casó con un vestido precioso de gasa, con mucha caída y una capa maravillosa sobre los hombros, que hacía las funciones de velo y cola, todo en uno. Sencillo y elegante y que, además, le sentaba como un guante. Por eso, -si no fuera porque tras la boda decidió arreglarlo para sacarle partido y cortarlo a la altura de la rodilla, haciéndose una chaqueta a juego-, no me hubiera importado en absoluto reutilizarlo para mi boda.
Así que cuando vi a esta novia ir preciosa llevando el vestido de su madre, con su historia y la carga emocional tan bonita que ello conlleva, no dudé en que quería compartirla en el blog. Y es que si el vestido de tu madre es taaaan bonito como el de la madre de Patricia… ¿quién se resiste a llevarlo?
El vestido estaba realizado en organza de seda natural con detalles bordados que lo hacían muy especial y un estilizador fajín que le daba ese aire vintage maravilloso. La novia, que no podía estar más guapa, completó su look con una corona de flores naturales y un velo sencillo de tul de seda, que resultaron ser el acompañamiento perfecto para su vestido.
No sé a vosotr@s, pero a mí esta novia con el vestido de su madre ¡me ha encantado!
Todas las imágenes son de Lucía Romero fotografía, vía Zankyou Bodas.