Trasteando por la web en busca de monisiteces de esas que me gusta compartir, me encontré con unas fotos espectaculares de un shooting de novias con vestidos de Sole Alonso.
No tengo palabras para explicar cuánto me han gustado sus diseños por arriesgados y aún así bonitos hasta el infinito -difícil sacarse de la cabeza el espectacular vestido de lunares con las flores aplicadas en tonalidades rojas y granates-, y la combinación con los tocados siempre espectaculares de Suma Cruz.
Me parece acertadísimo y no puede gustarme más el estudio de arte Urg3l donde se realiza la sesión y donde la dureza del espacio contrasta con la belleza de las novias y la maravillosa luz que entra del exterior.
No sé si ya os lo había comentado alguna vez en el blog o a través de Instagram, pero la nuestra será una boda íntima.
Los dos tenemos familias enoooormes y el novio tiene pavor a ser el centro de atención y a tener que figurar todo el día pendiente de que sus 300 invitados estén pasándolo bien, por lo que decidimos que lo mejor para nosotros era una boda íntima de la que sólo serían testigos nuestros familiares directos.
Y precisamente lo mismo les ocurría a los novios que os traigo en la boda de hoy, que decidieron celebrar su día con los más allegados, celebrando una boda preciosa de unos 20 invitados. Según ellos mismos, no querían pasarse la boda de mesa en mesa, sino que querían compartir cada momento, cada anécdota y conversación con todos sus invitados. Y como sus amigos y muchos familiares no podrían asistir, decidieron contratar un buen fotógrafo que dejara un buen recuerdo del momento.
Les encontré por casualidad buscando inspiración para bodas íntimas y me quedé absolutamente enamorada de Kelsey, la novia divina con un traje de dos piezas con una falda maravillosa a más no poder en rosa empolvado con cinturón en pedrería y sencillo top, diseño de Carol Hannah.
Además de la novia, no hay nada en esta boda que no me encante, desde el ambiente familiar y relajado, pasando por la complicidad y felicidad de los novios, las flores, las mesas, ¡¡todo!!
Os dejo con las fotos que espero os gusten tanto como a mí.
Hace tiempo vi en el inspirador blog de Querida Valentina la boda de Jaime y Milena, y no pude evitar quedarme maravillada con el look de la novia (que es guapísima, todo hay que decirlo. Y es que nunca una novia me había dado tantas ganas de casarme con el pelo suelto.
La novia estaba preciosa con vestido de ¡Oh que luna, de líneas puras, manga larga semitransparente, decoración en la cadera y espalda abierta, que combinó con unos peeptoes fantásticos de Jimmy Choo. Fue peinada y maquillada por Bajobé, que no la pudieron dejar más guapa, con un maquillaje natural que resaltaba su estupendo tono de piel, manicura en rojo y una preciosa melena suelta y natural en la que colocaron un tocado bordado en pedrería de Carmen María Mayz.
El novio también estaba muy elegante vestido por Tom Black.
Verderón Eventos, fueron los encargados de ayudarles a organizar toda la decoración de la boda en la que prima el verde, sencillo, natural y perfecto.
En los últimos años y, en parte, después de ver a la maravillosa Carrie casándose con sus Manolos azules en Sexo en Nueva York (cómo olvidar esa boda y esos zapatos con los que también aportó su «algo azul» en su look de novia la it Olivia Palermo), las novias han apostado fuertemente por aportar un toque de color en su calzado para su gran día. Tanto es así, que el zapato blanco prácticamente ha cedido todo el protagonismo a la nueva tendencia.
Gracias a esta moda, hemos podido ver novias con sandalias espectaculares y zapatos por los que morir de amor directamente. Pero también, seamos sinceros, se han visto atrocidades y novias con las que sufres un desprendimiento de retina cada vez que se levanta un poco el vestido.
Y es que debo reconocer, que aunque soy una loca de los zapatos, tengo una colección importante y mi futuro señor esposo me mira con cara de no entender nada cuando le digo que las últimas sandalias de tacón imposible que me he comprado son «porque las necesito», no acabo de ver ciertas cosas en esta moda de tratar de ser original el día de la boda.
Reconozco que me chiflan los tonos dorados, plateados, cobre (vamos, metalizados en general) y la gama de los nude para novia, pero me chirría cuando veo asomar unos zapatos rojos o verdes, la verdad.
Por eso hoy quiero reivindicar el denostado zapato blanco para novia, porque los zapatos blancos pueden ser divinos y tu vestido de novia es la excusa perfecta para lucirlos.
Ahora bien, no todo vale con los zapatos blancos: es imprescindible que sean de calidad, con un diseño impecable, ya sean unos salones clásicos o unas sandalias de infarto. Por favor, nada de brillos extraños, plataformas de dragqueen, materiales dudosos y miles de abalorios pegados con silicona. ¡Blancos pero con estilo!
Aquí os dejo una selección de zapatos blancos para sentir que bajo tu vestido llevas los zapatos más divinos del mundo…
Hoy os traigo una novia que ha sido un auténtico flechazo para mí, por tres razones: la primera, por ese vestido absolutamente romántico y maravilloso de la gran Helena Mareque; la segunda, por ese precioso tocado de flores naturales que le da una vid ay una alegría espectacular al conjunto; y la tercera, porque la sonrisa de esta preciosa novia, es la sonrisa que toda novia debe lucir el día de su boda. El complemento que la hará estar absolutamente radiante, se ponga lo que se ponga.
Lo cierto es que no me está resultando tan sencillo como pensaba, escribir un blog sobre bodas y a la vez dedicarme a organizar la mía, porque una tiene ganas de enseñar aquello que la deja con la boca abierta porque es monisitez absoluta: las novias más estilosas, las flores que la hacen morir de amor o los lugares más espectaculares para dar el sí quiero; pero resulta que, a su vez, no quiere dar pistas de lo que será su propia boda o vestido de novia, ni cuál su ramo, su peinado o sus invitaciones. Ni si pondrá brezo, hortensias o lilas en los centros de mesa, o si llevará zapatos clásicos blancos o se lanzará a la tendencia del color asomando bajo el vestido…
Y en esta tesitura se encuentra servidora, en un ni sí ni no ni todo lo contrario bodil, porque no quiero publicar nada que realmente refleje lo que será mi día B, pero quiero publicar sólo aquello que me guste mucho, mucho.
Total, que aprovecho para explicar en este post por qué parece que me hago la remolona para actualizar y para, de paso, romper una lanza en favor de la novia que hace lo que le sale de la punta del ramo.
Digo ésto porque soy asidua de blogs de bodas y novias, en las que blogueras estupendas y con un gusto maravilloso, publican imágenes preciosas de novias que han enviado sus fotos con toda la ilusión, tras dedicar muchos meses y mucho trabajo y esfuerzo a que su día fuera el soñado por ella y su chico, y un éxito para sus invitados.
Y tras ver las preciosas imágenes que tantas emociones positivas transmiten, una se queda Frozen en el sitio al leer los comentarios negativos de personas que piensan que una novia sólo es la que se casa en la nave central de una catedral con vestido sobrio, de manga larga, pelo recogido y velada, y que todas las que no van así no merecen ni un poco de respeto. Que a mí me entra una pena terrible y más de una vez me dan ganas de meter baza y sugerir que vayan a que el Mago de Oz les consiga un corazón.
Creo que todas las opiniones son válidas y que cada uno es libre de expresarlas, pero creo que hay que hablar siempre desde el respeto y poniéndose en la piel de quién va a recibir la crítica destructiva.
No todas las novias tienen que ser Grace Kelly, ni falta que les hace…
Personalmente, pienso que las novias regias y clásicas pueden ser un primor, pero también he visto algunas que no estaban nada favorecidas. Y sin embargo he visto novias de melena al viento y vestido de tirantes (de fiesta, que dirían algunas) que me han dejado maravillada con su estilazo, y otras que no tanto.
De hecho, creo firmemente que lo único realmente importante para una novia es no disfrazarse y ser fiel a sí misma. Sentirse cómoda y más guapa que nunca y mirarse al espejo y que le dan ganas de comerse a besos de mona que va… Y debo decir que ésto me lo suelen transmitir más las novias más informales y desenfadadas, que las clásicas (y mira que me gusta a mí un velo bonito, oiga).
Así que en este nuestro blog, siempre habrá novias preciosas, sean del estilo que sean y que nos servirán de inspiración a muchas de nosotras, y dará igual el largo de la manga o si llevan trenza o moño de bailarina, tiara de infanta o corona de flores naturales, y si se casan en Los Jerónimos o descalzas en un acantilado…
Y entre tanto, puedo adelantar que no me caso en una catedral, así que yo tampoco seré Grace Kelly…
Normalmente no me gustan mucho las sesiones en pareja que se hacen los novios en las bodas. Siempre me parecen mucho más bonitas las fotos naturales en las que el fotógrafo sabe robarles sus gestos y miradas de complicidad y sus sonrisas de felicidad auténtica.
Sin embargo, de vez en cuando veo alguna sesión en pareja que me parece tan bonita y delicada que creo que merece la pena tener este tipo de fotos de recuerdo.
La sesión de fotos de Annie y Jordan, que comparto hoy con vosotros, es una de esas sesiones. Porque las fotos son súper bonitas, porque los novios son una ternura y la novia está sencilla y preciosa.
Revolviendo por internet me encontré por casualidad con una novia que me llamó la atención por su vestido de novia diferente. Y todavía me llamó más la atención cuando descubrí que su vestido era un diseño auténtico de los años 60 que la novia había comprado y arreglado en una tienda de prendas vintage y de segunda mano.
Me parece que la novia está preciosa y con personalidad y que no necesitó para ello un gran gasto en un vestido de diseño. Me pareció interesante compartirlo para aquellas que no quieran renunciar a estar guapas, siendo fieles a sí mismas, sin gastarse un dineral ni ponerse vestidos de novia más tradicionales con los que tal vez no se sientan cómodas.
El ramo silvestre y de gran tamaño me parece precioso, y la celebración informal en mesas de madera desnudas y bancos, e invitados sirviéndose sus propios cócteles me parece una forma estupenda de celebrar la boda priorizando el pasarlo bien y convirtiéndola en una auténtica fiesta con amigos.
Quiero empezar una nueva categoría en el blog dedicada a aquellos diseñadores, diseñadoras, o modistas de toda la vida, que se dedican a la confección a medida de vestidos de novia, y de madrina o invitada, y que destaquen por su buen hacer y su talento.
Empiezo dedicando el post de hoy a Inuñez Design porque cada vestido suyo que veo me enamora, me parecen sencillos y elegantes, pero con detalles siempre que los hacen especiales.
Además me llama especialmente la atención por la juventud y la profesionalidad de Isabel Núñez de Armas, la diseñadora y fundadora de Inuñez Design, que, a pesar de su corta edad (unos 25 años), ya tiene a sus espaldas una sólida formación y amplia experiencia con sus atelier de Madrid y Vigo, en los que ha vestido a más de 200 novias desde que iniciara su andadura en 2012.
Os dejo con fotos de algunos de sus diseños.
Me parece que tiene un talento increíble y cuánto más veo sus vestidos más me gustan. Hasta el próximo post!!
Tengo que reconocer que desde muy jovencita, siempre he tenido una cierta manía a la manicura francesa, porque he llegado a relacionarla con uñas larguísimas un poco chonis y de portada de Interview. Aunque sé que son manías mías y hay mujeres divinas con manicuras francesas clásicas y elegantes con las que van perfectas, yo nunca me he visto con ella así que ni me la planteo para el día de mi boda, a pesar de saber que es una opción muy “de novia”.
Por eso sé que el día de mi boda llevaré una manicura diferente, pero sin caer en inventos extraños ni improvisaciones raras. Así que mis dos opciones son las uñas en un perfecto tono nude o, mi favorita, las ultra femeninas uñas rojas de toda la vida. Y reconozco que cada vez que veo a una novia con uñas rojas la aplaudo y pienso que le añade un plus de estilo a su look.
Eso sí, sea del color que sea, la novia debe darle a sus manos la importancia que tienen y llevarlas perfectas, al fin y al cabo con ellas sostendrá el ramo y en ellas le pondrán el anillo, por lo que serán objeto de muchas miradas y ¡muchas fotos!
Os dejo con unas cuantas fotos muy inspiradoras de novias con estilo y una perfecta manicura en rojo.
¿Y lo genial que queda una el rojo de las uñas con el verde de la esmeralda en el anillo?
Y a vosotras, ¿cómo os gusta que sea la manicura de la novia?